Yo, Bruno, estoy encantado de que me acribilléis a correos recordandome lo puta y perra que es mi mujer, y es que no hay mayor placer para un verdadero cornudo consentido que el ver cómo buenas pollas taladran el coño de su esposa. Aqui tenéis a Luis, que mi mujer no pudo resistirse a follarselo. Y es que a María le encantan este tipo de situaciones, donde ME MIRA CON CARA DE VICIOSA mientras sus paredes vaginales revientan y se humedecen con una buena polla entre las piernas. Cómo me lo pasé grabando este video, quiero que todo el mundo se folle a mi mujer.